Mercado secundario
El mercado secundario es aquel en el que los inversores tienen la oportunidad de comprar y vender activos financieros que ya han sido emitidos en el mercado primario. Es decir, es el espacio donde se negocian valores que han sido previamente puestos en circulación.
Las empresas emiten valores financieros en el mercado primario a través de una oferta pública inicial, donde los inversores efectúan la compra de estos valores directamente de la empresa. En el momento en el que estos valores se encuentran en manos de los inversores, se puede llevar a cabo nuevamente su compra o venta, en el mercado secundario.
Por ejemplo, si se invierten 150.000 € en una emisión de bonos del Tesoro español a 10 años en el mercado primario, si no existiera un mercado secundario, se tendría que esperar hasta el vencimiento para recuperar la inversión (es decir, 10 años). No obstante, gracias a la presencia de un mercado de negociación, se pueden vender estos activos y recuperar parte o la totalidad del capital.
Este es uno de los factores que hace que el mercado secundario sea fundamental, ya que sería poco probable que muchas personas invirtiesen en una emisión de deuda o comprasen acciones si tuvieran que mantenerlas hasta su vencimiento o durante toda su vida.
Por tanto, este mercado es esencial para el correcto funcionamiento del mercado de valores, puesto que permite llevar a cabo la compra o venta de valores de forma sencilla y en cualquier momento, siempre y cuando se encuentre dentro del horario de negociación establecido. Además, las transacciones se llevan a cabo en tiempo real, lo que brinda liquidez a los activos financieros.
En el mercado secundario, el precio de los activos se establece según la oferta y la demanda. El valor de estos activos puede variar en función de las condiciones del mercado, las noticias, las tendencias y los eventos que impactan directamente sobre la empresa emisora o sobre la economía en general.
Cuando un inversor decide vender, deberá hacerlo al precio establecido por el mercado, el cual no necesariamente coincidirá con el precio de compra. En este caso, se producirá una ganancia o una pérdida resultante de la diferencia entre el precio de emisión y el precio de venta. Por tanto, un inversor obtendrá ganancias de capital si el precio de los activos se incrementa desde su compra original.
Tipos de mercados secundarios
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Bolsa de valores: La bolsa es el mercado secundario por excelencia. En él, se lleva a cabo la compraventa de acciones de empresas, bonos públicos o privados, así como otros instrumentos de inversión. En concreto, en España, encontramos 4 bolsas: Madrid, Bilbao, Barcelona y Valencia.
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Renta fija: Mediante este mercado suelen operar, principalmente, inversores institucionales como fondos de inversión, bancos o compañías de seguros. Se realiza a través de la Asociación de Intermediarios de Activos Financieros (AIAF).
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Derivados: Son instrumentos financieros cuyo valor se basa en los precios de un activo de referencia, conocido como activo subyacente. Los más comunes son los futuros y las opciones, los cuales también se negocian y cotizan en un mercado secundario.